Este texto fue escrito hace un año y publicado originalmente en mi perfil de facebook. Lo rescato porque sigo pensando lo mismo acerca del tema.
La historia es escrita por los vencedores. Es una máxima que en muchas ocasiones podemos comprobar al leer algunos pasajes de nuestro pasado reciente en los libros de texto escolares. El 23 de enero es una de esas fechas en las que aún no se sabe a ciencia cierta que pasó, ni como, pero los triunfadores no dudan en auto-proclamarse artífices de lo que fue el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
Por ejemplo, en las aulas de clases de nuestra educación básica, poco se menciona acerca del papel que el Partido Comunista de Venezuela tuvo en los hechos que desencadenaron en la huída de Pérez Jiménez a bordo de la "Vaca sagrada". Solo después, cuando ya la enseñanza no depende de un "maestro" sino de la curiosidad propia, se puede conseguir trazos que mágicamente son olvidados en los libros de texto.
Pero más curioso resulta que en un gobierno como el actual, donde se han empeñado esfuerzos en cambiar la historia y "reivindicar" actos y personajes obviados por la crónica cuartarepublicana, tampoco se ha tocado el tema del 23 de enero con especial énfasis como sí lo ha tenido temas como el papel de Francisco de Miranda en nuestra independencia, por ejemplo.
Al contrario, en varias oportunidades hemos escuchado al Presidente decir que el 23 de enero "no hay nada que celebrar", y supongo que en su afán de renonmbrar todo cuanto se le atraviesa en frente, no pocas ocasiones habrá pensado rebautizar la populosa barriada que fue bautizada con esta fecha histórica, y que por demás es la cuna de la izquierda venezolana (la de verdad) Claro, en su lugar lo que sí ha hecho es desvirtuar su carácter revolucionario hasta convertirlo en la cuna de las bandas armadas, de los malandros vestidos de rojo y que se hacen llamar "activistas". Fabricio Ojeda y Cruz Villegas deben estar revolcándose en sus tumbas cada vez que un malandro de la banda "La Piedrita" empuña su arma contra objetivos a discreción: Iglesia, medios, periodistas, estudiantes.
Pero tampoco es que las manos blancas que marchan sin ningún motivo de peso aparente encarnan las luchas que protagonizaron los movimientos de izquierda durante el régimen de Pérez Jiménez o durante la época del "disparen primero y averigüen después". Claro, como "los masacrados de ayer hoy son gobierno", entonces ya no les parece divertido hacer bombas molotov, tirar piedras o lanzar cohetones a las fuerzas del Estado, y colocan estos actos a nivel de crimen, poniendo preso a un simple conductor de camión ¿Cuántas bombas de esas no habrá fabricado El Aissami en su vida? ¿Cuántas cabezas de PM no habrá roto con la fuerza de algún peñón lanzado de sus manos?
Pero volviendo al tema central, me pregunto ¿por qué la falta de interés de Chávez de "reivindicar" para la izquierda una fecha tan significativa como el 23 de enero? A lo mejor es la única fecha a la que no le puede poner génesis en el 27 de febrero de 1989. No, eso pasó mucho antes. A lo mejor es la única fecha a la que no le puede arrimar su "autoría intelectual" ni siquiera en grado de consanguinidad. No, Maisanta no tumbó a Pérez Jiménez. Además, eso de darle importancia a un partiducho como el PCV, reducido a su mínima expresión y convertido en una plancha de aduladores del poder.
Pero resulta que sí, que el 23 de enero de 1958 tuvo su principal epicentro en las acciones clandestinas del único partido que mantuvo actividades dentro del territorio. Los dirigentes de AD, Copei y URD en ese entonces actuaban desde el exterior, con muy poco chance de maniobrar (con excepción de Copei, que aunque fue uno de los últimos partidos en ser declarado ilegal, siempre mantuvo una postura guabinosa para poder sobrevivir en la dictadura) ¿Que pensará Óscar Figuera hoy cuando ve que su líder no es de sus filas? ¿Que pensará cuando escucha a Chávez en sus discursos insinuando que todo lo que hoy es socialismo empezó en 1989, no antes?
El 23 de enero fue y será una fecha importante siempre, jamás valorada por lo visto, pero innegablemente inserta en la vida democrática del país. Negar su existencia, su importancia, significa exaltar el anti-valor de la fuerza a cambio del progreso, de revivir las cenizas del positivismo, y peor aún, de desconocer la vida, la lucha y la importancia de los movimientos de izquierda de antes y después del Pacto de Punto Fijo.
Pero... ¿que se puede esperar de un gobierno personalista y totalitarista como el que padecemos hoy?
1 comentario:
Nuevamente me quito el sombrero ante este escrito.
"Por ejemplo, en las aulas de clases de nuestra educación básica, poco se menciona acerca del papel que el Partido Comunista de Venezuela tuvo en los hechos que desencadenaron en la huída de Pérez Jiménez a bordo de la "Vaca sagrada". Solo después, cuando ya la enseñanza no depende de un "maestro" sino de la curiosidad propia, se puede conseguir trazos que mágicamente son olvidados en los libros de texto."
Muy cierto querido Gran Saltamontes ;)
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