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Dos Venezuelas, una Reforma (y después, “la misma miasma”)

Llevo ya varias semanas escribiendo acerca de la propuesta de Reforma para la Constitución Nacional realizada en primera instancia por el Presidente Chávez y completada por la Asamblea Nacional.

Mis opiniones acerca del tema las pueden encontrar en cada uno de los post que he realizado junto a mis compañeros del Blog ProMedio.

Pero hoy es un día especial.

Hoy, varios blogs venezolanos vamos a emitir opiniones y a fijar posiciones sobre el tema de la Reforma, y tal vez, esta ocasión me sirva para decir algunas cosas que, por cuestiones de editorial, no digo en ProMedio.

La Reforma constitucional tiene, a mi entender un único fin. Quisiera aclarar que estas últimas semanas he ahondado lo suficiente en el asunto como para creerme conocedor del tema. Así que las opiniones que aquí van a leer, nada tienen que ver con la propaganda manipuladora que transmiten los medios masivos de información ni los
provenientes de los comandos de campaña del SI, del NO y de los abstencionistas. La Reforma fue anunciada bastante temprano por el Presidente reelecto una vez proclamado su nuevo período constitucional, y desde entonces se ha visto de manera clara y de boca del propio Chávez, la intención primordial de la propuesta. Incluso, en unas de sus últimas declaraciones se ha hecho evidente.

En el Teatro Teresa Carreño, el Presidente afirmó que "si el pueblo dice NO a la Reforma, tendré que ir pensando en mi sustituto". Y es que el fin primordial de la Reforma Constitucional es poderse reelegir después del 2013.


Desde un principio noté que la propuesta tiene vicios de trampa, en tanto su contenido pretende dar un vuelco total al aparato socio-económico y político del país. Suficientes razones tenía la propuesta inicial de 33 artículos para haberse convocado una Asamblea Nacional Constituyente, solo que entonces no tenía ciertamente claro el por qué no se acudió a esta herramienta jurídica. Más razones se añadieron a la lista con los artículos que añadió la Asamblea Nacional.

El Presidente necesita tener piso político para continuar con su revolución, ese piso político se le hace mucho más fácil estableciendo parámetros desde el principal contrato social del país, Mucho más fácil que redactar y modificar las leyes que regulan las materias que necesita Chávez para seguir adelante. Esto queda en segundo lugar de prioridades cuando
observamos la grave falta de liderazgo que existe tanto en los partidos oficialistas, como en los partidos de oposición. Y esa evidencia queda más que descubierta cuando nos preguntamos, después de Chávez ¿quién?

Chávez es la revolución y viceversa. Sin él, el proceso que está llevando al país cada vez más a la izquierda simplemente se viene abajo. El único que sabe a donde vamos es él. Sus seguidores, pueden
tener sospechas de lo que viene, pero ninguno lo sabe a ciencia cierta. Lo vimos en el discurso de entrega del Ministerio de la Defensa de parte de el General Baduel, cuando instaba al primer mandatario a aclarar "hacia qué tipo de socialismo se nos está llevando". La pregunta quedó sin respuesta entonces, y aún no la tendrá.

Esta falta de
liderazgo ha llevado a Chávez a enraizarse en el poder, y será, irremediablemente el motivo que lo llevará al fracaso. Chávez debe conseguir un sucesor, eso lo sabe él y lo saben sus seguidores y el temor a la traición lo ha mantenido congelado en ese punto, Chávez tiene miedo.

Los principales protagonistas del MBR200 ya no están a su lado. Los principales mentores del "Juramento del Samán de Güere" y creadores del "Ärbol de las tres raíces" han abandonado las filas de la revolución en la medida en que la misma se fue convirtiendo en un culto al líder. Está claro, esta revolución no es socialista, es personalista. Lamentablemente, desde los tiempos de Bolívar y de Páez, Venezuela ha entrado en un círculo vicioso donde el mesianismo, el personalismo y el gran mal del "líder carismático" nos han llevado de fracaso en fracaso, de golpe en golpe, de modelos "representativos" a modelos "participativos" que nunca terminan siendo ni lo uno ni lo otro.

Por debajo de este mundo político existe otra Venezuela. La mayoría de la población no existe dentro del país que han creado Globovisión, VTV, RCTV, Venevisión, El Universal, VEA, Noticiero Digital y Aporrea. Esa Venezuela padece y sufre. Trabaja día a día y resuelve al momento y con lo que tiene los problemas que son de su vivir diario. Esta Venezuela no es roja ni azul, es tricolor. Le importa poco si la bandera tiene una estrella más o un escudo menos, su principal motivo es llevar a la casa las tres comidas diarias, poder poner a sus hijos en la escuela y ver como rayos combaten la delincuencia y la falla de los servicios públicos. Sus problemas no son que la Reforma se apruebe o no, sino que las pocas leyes que conocen se cumplan y que las instituciones que existen para ayudarlos a sobrevivir en sociedad simplemente hagan su trabajo en vez de estar perdiendo dos días laborales en asistir obligados a una marcha.

Por encima de la Venezuela de verdad está lo que se refleja en los medios. La punta del Iceberg: Un movimiento estudiantil venido a menos y que se parece cada vez más a una marcha de doñas de Altamira que a un movimiento que se supone académico. Una oposición que se preocupa más por ver como sale de Chávez y como recupera (o pierde, o regala, o cede) espacios de poder que de tratar de convencer a la gente de la Venezuela real de que ellos en verdad q
uieren un bien por el país. Que canta "fraude" y no muestra pruebas y luego no haya como convencer a los abstencionistas de que lo que dijeron no tenía fundamento y solo fue una pataleta de niño malcriado que no sabe perder. Que convoca a la sociedad de manera irresponsable a "activar el 350" y luego son los primeros que corren al escuchar el primer disparo (todavía estoy esperando que uno de los heridos de alguna marcha sea uno de estos "dirigentes" políticos) Un gobierno que se ocupa de problemas netamente políticos a nivel nacional e internacional y que no se ocupa de una vez por todas de vencer la delincuencia. Que atribuye los 100 muertos semanales que hemos tenido desde hace unos quince años a "asesinatos de la extrema derecha" y no termina de ubicarse en el tiempo y el espacio y se da cuenta que las armas que soltaron al "pueblo" aquel febrero de 1992 ahora son las que matan a diestra y siniestra los fines de semana en los barrios.

Mi verdadera Venezuela vota, y luego sigue viviendo. Ve televisión, y luego va a tomarse unas birras con el vecino que es "del bando contrario". Mi Venezuela no sabe de divisiones ni de violencia política (que en el caso de nuestro país no termina de ser política sino que se queda en la delincuencia asesina común) En mi Venezuela el verdadero movimiento estudiantil convoca foros, discusiones y charlas en los barrios y en cuanto espacio sea posible, para explicarle a los ciudadanos de esa Venezuela real lo que en verdad quieren decir las palabras "revolución", "fascismo", "oligarquía", "reforma", "socialismo", "capitalismo" y otros tantos constructos que en boca de nuestros "dirigentes" pierden cada vez más su verdadero significado.


Mi Venezuela está secuestrada por la minoría que vive en el país creado por los medios y los partidos políticos. Mi Venezuela va a salir este 2 de diciembre a votar (SI o NO) y luego continuará buscando empleo para poder mantener las cuatro bocas que viven en casa

La Reforma Constitucional es una trampa, es una manipulación, pero, sea aprobada o no, la Venezuela de mentira seguirá allí, tirándose cocos unos con otros para ver quién cae primero del árbol.