Lo más leído...

Equilibrio, piel y alma

En este espacio me va a tocar ponerme en una onda de “agenda cultural”, y casi llegando a imitar a Valentina Quintero con su bitácora. Es que hay un par de eventos que tuve la dicha de experimentar (o asistir) y quiero compartirlo con ustedes en una breve reseña.

Lo primero es que hace unos días, a propósito de celebrar doce años de amores y desamores con mi esposa, fuimos al Museo de la Piedras en Galipán, Parque Nacional El Ávila.

Este Oasis está escondido en la montaña más importante que tenemos en Caracas, y es una excelente vía de escape para el ruido y el estrés citadino.

El Museo de las Piedras es un museo de arte ecológico, ya que utiliza material de la naturaleza para crear sus piezas y además permite la interacción del visitante con las mismas. Por esta razón se debe entrar descalzo al museo. Además de no llevar zapatos, existen otras dos reglas para poder entrar a este templo del equilibrio: Debe haber al menos una mujer en el grupo que va a ingresar y nadie puede llevar reloj. Así que los machistas y los impacientes no tienen cabida en este museo.

El creador de este museo es el artista Zóez, quién se ha dedicado a realizar diversas esculturas con piedras traídas del mar. Las esculturas, según palabras del artista, son representaciones de sus sueños, sueños que nos adentran a un mundo de reflexión, de energía y sobre todo de equilibrio, equilibrio al que Zóez nos invita a formar parte.

Hay un manual de conducta que contiene 16 leyes (enumeradas desde el 0) que Zóez llama “Leyes dimensionales”, son leyes que de principio parecen imposibles por su largo alcance, y es que están hechas así adrede. El artista piensa que el ponerse leyes sin límite le permite mantenerse en continuo movimiento hacia su superación, ya que el conseguir todo lo que se propone supone para él la muerte. Me llamó la atención la ley número IV que indica: “La creación de la conciencia es a través de la comunicabilidad” ¿Hay comunicación?”… esa es una pregunta que toda la vida ha rondado mi cabeza.

La buena noticia es que el museo tiene habitaciones disponibles para los que quieran quedarse allí una o varias noches, de hecho, las visitas al museo no tienen horario, pero si vas a ir en una hora fuera de lo común, debes al menos llamar y reservar. La mala noticia es que los precios no son muy amigables que digamos, si van a comer al restaurante del museo que se llama Maia, puede que se les quite el hambre al ver la carta. Sin embrago, la experiencia bien vale la pena.

Por otro lado, el pasado fin de semana fue inaugurada (por fin) la muestra Spencer Tunick. Ciudades desnudas: Caracas en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Finalmente los que participamos esa madrugada del 19 de marzo (hace más de un año) pudimos ver que tan fotogénicas resultaron ser nuestras pieles.

El resultado fue cinco fotos excelentes, tres extraídas de la pose multitudinaria de la avenida Bolívar y dos tomadas en distintos lugares de la ciudad con grupos reducidos escogidos por el fotógrafo. Al entrar a la sala, salta a la vista una gigantografía de una de las fotos de la avenida Bolívar, donde se invita a los participantes a buscarse y poner su nombre sobre su imagen, en esa foto yo no salgo.

Luego hay una exposición de fotos de trabajos hechos por el artistas en otros países y una sala acondicionada a un estilo lounge para que los visitantes observen cómodamente el video oficial de la instalación.

La exposición fue una vía para que, los que participamos en la instalación, recordáramos los momentos que vivimos aquel día en que Caracas quedó en Piel y Alma parada frente a Bolívar. Hay rumores de que Tunick va a volver a repetir la experiencia en el puente sobre el Lago de Maracaibo, tal vez me anime y vaya, ¿alguien se anota conmigo?

Spencer estuvo en la sala firmando autógrafos y dejándose fotografiar por los medios. Unas breves palabras de la vice ministra de cultura dieron por inaugurada la exposición que va a estar abierta hasta el 27 de octubre, por lo que tienen chance de irse un fin de semana para admirar nalgas criollas hechas arte.




Enlaces relacionados:

Spencer Tunick rompe récord
Greenpeace desnuda los glaciares suizos

1 comentario:

Corpi dijo...

Seguro que es muy interesante. Me encantan las piedras. Lástima que esté tan lejos.
Un saludo